domingo, 19 de octubre de 2014

Sueños

Soñé ayer contigo,
después de tanto tiempo de no pensarte, 
apareciste inconscientemente como el fuego. 

Me volviste a quemar por dentro, 
regresaste a destruirme una vez más con tu recuerdo.

Odiaba esas pláticas diarias y monótonas,
ahora ya ni siquiera esas existen.

Regresaste para destruir todas mis creencias acerca de un futuro, de una vida a tu lado, de un anillo demasiado mencionado.

Regresaste para volver a llenar mis noches de lágrimas, mis sueños de tu cara y esos labios que me encantan.

Ese parque que fue nuestro refugio,
esos árboles que escucharon nuestros te amo, ese pasto donde el tiempo parecía infinito 
y sólo existía tu mirada en la mía.

Ese parque ya no es más que árboles secos, bancas grises y pasto quemado.

Extraño morder tu mandíbula, clavar mis uñas en tu espalda, esos vicios y aficiones extrañas que compartíamos.

Pero hay veces que me pregunto si fue real, sino fue sólo el hecho de que no podía ser y por eso nos esforzamos tanto en que fuera.